Historia de foto de un familiar

 

Taller de Expresión 1 – Josefina García Ryan


   Les presento a mi queridísimo abuelo materno, antes de ir a la foto, les haré una breve presentación. Su nombre, Carlos Ryan, pero nadie lo llamaba por Carlos, sino como “Charlie”. Si bien nació en Arrecifes, se mudo a temprana edad la zona rural de Córdoba, a un pueblo llamado Huanchilla, ya que su mamá, mi bisabuela, presentaba problemas de asma, y le recomendaron ir a vivir al campo.

   Mi abuelo tuvo cuatro hermanos; Maguita (Margarita), José, Willie (Guillermo) y Dicki (Ricardo). Charlie era el hijo del medio.

   Se casó con la hermosa de mi abuela, a quien apodamos como Mamá Elinor. Con ella tuvo tres hijos, Mariano, Patricia y Belén. Belén es mi mamá. Los tres tuvieron descendencia, y mi abuelo, antes de partir en el 2010, se aseguró de conocer a los 7 nietos.

   A pesar de vivir en la calle Monroe, nunca cambió su costumbre de vestirse como gente de campo; camisa, chaleco de polar, alpargatas y bombachas de campo. Su reloj de cuero negro estaba pegado a su piel, y esta última era muy clarita y sensible, por eso era fácil de lastimarse, como pueden ver algunas marcas en la foto.

   La costumbre familiar de comer asado todos juntos sigue vigente hasta el día de hoy, pero en ese entonces, el abuelo era el encargado de hacerlo. Podría decirse que lo disfrutaba mucho, y pasaba horas en la parrilla, prendiendo el fuego, cortando la carne, los choris. Pero él decía que no había que tocar lo que estaba en la parrilla, porque se “mareaba la carne”. Cocinaba con mucha sal, pero era todo riquísimo. De seguro se estaba por prender algún cigarro, porque el abuelo era una chimenea de tanto fumar.

   Por el lugar de la foto reconozco que es la casa de mi tía Paty, los asados los solíamos hacer ahí, o en su defecto, en la casa del tío Mariano. Todos esperábamos en la mesa, ofrecíamos ayuda, pero según él no había nada para hacer. De seguro era un día soleado, pocas veces nos tocaron nublados o de lluvia, de todos modos, esto no resultaría una traba, ya que la parrilla estaba ubicada bajo techo.

   Si bien Charlie se caracterizaba por ser una persona fría, por dentro era muy sensible. Muy pocas veces diría te quiero, pero demostraba su cariño de otras formas, haciéndonos un asado familiar.

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