Crónica Recuerdos - Josefina García Ryan
CRÓNICA DE RECUERDOS
Mi primer recuerdo, un recuerdo tonto y un recuerdo oscuro
Taller de Expresión 1
Josefina García Ryan – Comisión 54
Cuando mis hermanos aún no habían nacido, yo tenía menos de cuatro años
y vivíamos junto con mi mamá y papá en un departamento sobre la Avenida
Congreso. Mis papás durante el día trabajaban mucho, por eso después de jardín,
solía pasar mis tardes con Rocío. Ella era muy buena, cariñosa, y transmitía la
típica calidez de hogar. Por momentos éramos ella, yo, y mi foca de peluche.
Recuerdo que, solía pasar también mis tardes con mi abuela antes que Ro. Con el
paso del tiempo, mi abuela me convirtió en una gran fan del postecito Danonino,
un yogurt increíble; de vainilla el amarillo y de frutilla el rosa, aunque
también hubo una edición del empaque color azul. Con este recuerdo tonto que
vino a mi mente, aparece mi recuerdo más lejano, porque con los Danoninos,
venían ediciones limitadas de peluches del personaje Danonino, y yo era muy fan. Nos situamos
nuevamente en mi departamento, en lo que sería el hall de distribución frente a
la entrada principal, yo estaba ubicada ahí, en el piso, jugando con mi foca de
peluche. Suena el timbre, aparece Rochi, me mira, me sonríe, “adivina quién
es”, me dice con tono alegre y dulce. Lentamente se abre la puerta y va
apareciendo mamá, y con una gran sonrisa me mira. Ella no venía sola, consigo
traía una de las ediciones limitadas del peluche Danonino, y a mí me invadió
una gran felicidad.
Por el momento, con respecto a un recuerdo oscuro, mi mente viaja al
mar. Soy muy fan de él también. Las olas, mi familia, el sol caliente que
lastima la piel, pero no hace que no estemos todo el día bajo él. Con mi papá
solemos estar horas y horas en el agua salada, “nos cura”, decimos. Solemos
también ir más profundo, donde el agua nos llega por arriba de la cintura y las
olas son más fuertes, por ende, el tiempo para pasar por debajo de ellas y
atravesarlas es más largo. Las sacudidas son cada vez más fuertes, los raspones
con la arena más dolorosos y la desesperación por volver a respirar mayor. Por
momentos llego a pensar que me ahogo en la oscuridad del mar.
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